Nuestro trabajo es uno de los lugares en los que pasamos la mayor parte de nuestro día, es el espacio en el que estamos en promedio ocho horas conviviendo juntos; no es sencillo compartir tanto tiempo ni tantos días con personas con las que en ocasiones somos diametralmente opuestas, en personalidad, temperamento, tolerancia al estrés, maneras de pensar, de resolver, solo por citar algunos diferencias.
Alguna vez he escuchado la frase de que al trabajo “uno no va uno a hacer amigos” y la justifican afirmando que las relaciones deben de ser estrictamente profesionales y no sociales; sin embargo, psicológicamente está comprobado de que si queremos lograr equipos exitosos, tenemos que tener disposición para la amistad.
Debemos de tener la madurez y la apertura para crear buenas relaciones con los compañeros, fomentar sentimientos de camaradería, solidaridad, apoyo mutuo, respeto y empatía, lo cual va a contribuir no solamente a la motivación individual sino como de equipo. Con estas actitudes, nos sentimos valorados y apreciados, logrando que el estrés o las dificultades que puedan surgir no nos afecten de manera desproporcionada.
Cuando una persona adquiere sentido de pertenencia, se va a comprometer más con su trabajo, va a ser más productiva, se sentirá motivada y tendrá una actitud positiva hacia sus tareas y con sus compañeros.
Un beneficio adicional es que puede disminuir la rotación de personal, ya que la decisión de quedarse en determinado trabajo se puede ver influenciada por la lealtad, por el sentimiento de estabilidad y seguridad que le proporcione un buen ambiente de trabajo.
Estudios psicológicos demuestran que el fomentar relaciones de amistad laborales equilibradas con el cumplimiento de las responsabilidades, tienen un impacto positivo tanto en lo individual como en el equipo de trabajo, y tiene repercusiones positivas en la salud mental, evitando en lo posible los conflictos laborales que la misma carga de trabajo y tensión naturalmente generan.
En ocasiones nos preguntamos: ¿cómo fomentar las relaciones de amistad sanas en mi equipo de trabajo?, ¿cómo evitar que se hagan grupos divididos, que haya confrontaciones o que tengan intereses escondidos? La respuesta no es sencilla, se requiere de esfuerzo y de voluntad para crear estrategias que ayuden a mejorar la convivencia en estos entornos, como una comunicación más efectiva, la creación de un ambiente de trabajo de apoyo mutuo y la capacitación en manejo de estrés y resolución de conflictos.
Crear conexiones especiales con el trabajo y con sus compañeros, es clave para el bienestar y la satisfacción en el trabajo.